Wednesday, December 30, 2015

Obsolescencia programada: ¿Fecha de vencimiento calculada?

La curiosidad me encendió el bombillo al mismo tiempo que me quede frisado, atónito cuando mi esposa me decía que la “nevera” dejo de funcionar. Obviamente la impotencia que sentía en ese instante se mezclaba con  la frustración, pues justo al tiempo de pagar el último pagare a la mueblería comenzaría el largo camino de tortura de llamada al técnico en refrigeración.


Como una experta, mi hija más joven añadía que “todo lo que se compra en esa mueblería se daña al cumplir un año” ¿Que de cierto resaltaban esta observación? Hicimos nuestra investigación de campo (en el hogar) y en nuestro momento vespertinos de reunión familiar nos dimos cuenta de una gran verdad, algo de cierto encerraba la afirmación de esta joven.

Vivimos  en una  sociedad totalmente materializada, dirigida al consumo. Las calles están repletas de anuncios, la radio, la televisión y los medios de Internet nos bombardean constantemente con ofertas de productos de diversas clases y nos hacemos presa fácil de estas novedades que a través de las herramientas del  marketing caemos en sus brazos, en sus “trampas”.

En nuestra discusión familiar nos enfocamos en conocer que es lo que realmente pasa que estos productos dejan de funcionar correctamente después de cierto tiempo, tiempo que por supuesto altera nuestro ahorro o incrementa nuestros gastos, atándonos eternamente a un circulo de compra indefinida de estos ajuares.

Y de esta forma llegamos a conocer lo que nos temíamos era nuestro mortal enemigo invisible: la obsolescencia programada, que no es más que la determinación de la vida útil de producto, de manera que tras cierto tiempo de uso este se torne obsoleto, que comience a fallar, esta determinación la realiza el fabricante en la etapa de diseño del producto y por supuesto nos obligaría constantemente adquirir de nuevo el producto.

Si, cierto, es una práctica totalmente deshonesta de parte del fabricante, y una falta de responsabilidad del estado que está llamado a vigilar la calidad de los productos que salen al mercado, mediante la protección al consumidor, pues esta práctica tiende a incrementar los gastos de la sociedad y afectar el medio ambiente por la cantidad de desecho y residuos de productos contaminante que van a parar a nuestro entorno afectando al medio ambiente.


Detener esta práctica es realmente difícil, pero no imposible. Así como utilizamos Facebook para mostrar nuestro mejor selfie, por ejemplo, de esta forma podemos crear conciencia y dar a conocer en cada circunstancia cuando algún producto de tal marca o compañía viene enmascarado bajo esta práctica y divulgarlo. Sabemos que una golondrina no hace verano, pero si podemos como ente social crear ciertas condiciones para  crear temor en estos empresarios deshonesto y menguar esta práctica corrupta.

Sunday, December 27, 2015

Respeto hacia los demás

En nuestra niñez experimentamos momentos que inciden en nuestra conducta futura, una para bien y otras para mal por desgracia. Como consecuencia del trato que mis padres me dieron en mi niñez, etapa de crianza, y los consejos o advertencia que recibía para guiar mis pasos en la adolescencia, hoy sufro de conducta que no se relacionan con el diario vivir que reflejan los medios de comunicaciones a través de sus noticias.
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Los resultados que moldearon mi actual conducta tienen su origen en las caricias que recibía sobre mis glúteos y piernas cuando rompía por alguna travesura el patrón de conducta de mis padres o de los “mayores” que nos rodeaban. Mientras a altas voces se me explicaba que no se debía hacer, sentía todo el peso del poder que sobre mi caía, y que a pesar del dolor que sentía, debía guardar silencio.

Ahora bien, ¿por qué este era el método elegido por nuestros mayores para corregir nuestra conducta cuando rompía el estándar de comportamiento aceptado? Por defecto nacemos con la libertad de elección, pero cuando el hombre decide vivir en comunidad es necesario crear ciertas normas que sujetas a ellas crean las condiciones de convivencia, ciertos orden.

Y a pesar de la capacidad de pensar o razonar que traemos por defecto, traemos la necesidad de ser educado, de ser orientado para nuestro bien como podemos leer en la biblia donde se nos aconseja como debemos orientar a nuestros hijos: “Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol.” Proverbios 23:14. Por lo tanto debemos domar, hacer tratable a la persona, mostrarle el camino correcto, no con los ojos vendados ni los oídos tapados, sino instruirle en el bien y el mal para que su capacidad de razonamiento se ajuste a entender las normas de convivencia.

Así hoy, recuerdo con tanto anhelo al psicólogo preferido de la familia, aquella vara de tamarindo mojada que golpeaban mis piernas, y la recuerdo hoy, porque han sido las mejores secciones que han moldeado mi vida, me han evitado caer en la trampa obscura de la corrupción, esa carcoma que ha destruido nuestra nación y no nos deja avanzar, o esa delincuencia que nos inyecta el miedo que ha hecho posible que cada casa se haya convertido en una cárcel con tantas verjas en su alrededor, que ha matado la confianza y la cortesía entre los hombres.

Una generación de insensatos ha traído al mundo muchachos de peluche que dan su primer paso en las oficinas de los fiscales, que tienen como patio de jugar los cuarteles de las policías y en desasosiego toda la comunidad. Una generación que avergüenza y que su único aporte ha sido la irresponsabilidad. De forma clara y concisa Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él.”

Es así como hago pública mi confesión, he sido diagnosticado por una extraña condición psicológica que recibe como nombre: “respeto hacia los demás.”