Sunday, January 31, 2016

Refugiados: títeres condicionado



El ser humano desde su creación, se ha inclinado por expresar sus deseos de aventura, de conocer que está de aquel lado del rio, de aquel lado de aquella montaña o allá donde el cielo se besa con el mar o donde el matrimonio eterno del horizonte junta el cielo con la tierra. El hombre no se ha detenido en su caminar, pues la curiosidad viva en su interior lo impulsa hacia lo desconocido. 


De igual forma, el ser humano trae por defecto el derecho a posesión, a pertenencia. Se apropia de los objetos o bienes que le atraen, aferrándose a ellos como la vida misma. Estas situaciones han creado enfrentamiento por la muestra de poder que pueden exhibir algunos más “fuerte” sobre otros más “débiles”, lo cual traen como consecuencia la expulsión o marginalización de estos de ciertos lugares en disputa.

Esa sed insaciable de poder, de poseerlo todo, bajo cualquier circunstancia inicia en cierto sentido la limitación de los terrenos y la creación fronteras entre grupos de hombres y mujeres reunido por lineamiento sanguíneos, descendencia homogénea y por motivos religiosos. Y de alguna forma en el tiempo llegamos a lo que hoy conocemos como estado, país o nación, bajo el estatus legal de ciertas normas llamada constitución.

El desplazamiento del ser humano de su lugar está sujeto a condiciones socioeconómicas que lo obligan a aventurarse a cruzar cualquier frontera sin importar las consecuencias, no importa si esta pone en peligro su propia vida y la de los suyos. En busca de un mejor futuro, una mejor calidad de vida abandona sus propias raíces por lo desconocido.

Esta expulsión del hombre de su entorno viene marcada por los desintereses políticos o la desidia gubernamental de crear mejores condiciones de vida a su compueblano, ya que interponen su ansia de supremacía de poder motivado por obscuro e insaciable satisfacción de posesión de todo cuanto le rodea.

Así vemos como en Siria, los bandos enfrentados se pelean que: ¿Siria, el petróleo bajo sus pies, el mejor consumo de armamento de combate, o el disfrute de las ayudas internacionales? ¿Y qué del caso dominico-haitiano? ¿Cuál es la ganancia?

Dos pueblos que olvidaron establecer con responsabilidad la demarcación de sus límites, de crear una política clara de migración, de documentar a sus ciudadanos correctamente e identificarlo. Mientras que uno de ellos vive bajo el caos total programado, el otro resuelve todo y cada uno de sus problemas cambiando constantemente la constitución, haciendo honor a lo ya dicho por un ex presidente que esta no es más que “un pedazo de papel”

Estas sociedades desde su creación han navegado sobre aguas turbulentas, pero bajo la supervisión de algunos que han hecho de este su mejor negocio. “Pan y circo” viene a ser su mejor definición, entretenerlo bajo el látigo de la ignorancia y mover las velas de las carabelas al destino del abismo.

Las pretensiones nacionalista exhibida por algunos patriotas no son más que slogan de mercadeo para desviar la atención y esquivar la responsabilidad de establecer condiciones simple de convivencia entre dos pueblos sentenciado por el destino a vivir sobre una misma isla. Estos pueblos deben hacerse de los instrumentos que le ofrece la democracia para crear sus condiciones de sostenibilidad propia de sus hijos. Es expresarse bajo las urnas, atado a la esperanza de la bandera de un mejor porvenir y desechando a aquellos buitres que no solo les lavan los cerebros, sino que le vendan los ojos y le cubren los oídos con odio y rencor que es el incentivo que crea sus riquezas.

Porque estos que ostenta el escudo y los colores de la bandera del poder, hacen de ti refugiado en tu propia tierra, ilegales bajo sus condiciones, títeres de su juego y muñeco de trapo que queman a fuego lento.

Monday, January 25, 2016

Cuestión de Orden o Sacrificio



Sacrificio está definido como: “Abnegación, renuncia de la propia voluntad”, según Wikipedia. Mientras que orden está definida como: “Es lo que se opone al caos”, citando la misma fuente.

Sacrificio al orden, es una decisión difícil que requiere de la voluntad humana para tomar la iniciativa de respeto hacia los demás. Este esfuerzo que lucha con la intrínseca condición del ser humano de “yo primero”, la auto-sobrevivencia de eternizarse, la necesidad apremiante de creer que el mundo gira soportado bajo sí mismo como centro y apoyo.


Aunque conocemos que el sol sale para todos, no todos queremos compartir la luz que nos llega; muy por el contrario absorber lo suficiente para el sustento propio sin importar la consecuencia que implicaría. Es así como podemos observar que los lideres se apropia de cierto niveles de mando vistiéndose o pretendiendo creerse semejante a dioses y por lo tal consideran que deben ser tratado así. Se adueñan del poder económico y social y nada en lo absoluto puede acontecer sin su complacencia.

De esta forma acontece en los estados donde los soportes de la democracia son débiles y lucha constantemente por erradicar los focos que aún permanecen de despotismo, como suele suceder en los países con debilidad institucional, donde grupos sociales impiden el desarrollo de la nación a cambio de su bienestar propio.

De la misma manera sucede en lo individual, cuan difícil es formarse en línea para recibir atención mientras demandamos por los servicios en una oficina pública o privada. Sentir la impotencia de tener que soportar que la persona prestadora de los servicios se parcialice a favor de algún allegado o conocido que recibe el privilegio del “yo primero”, esa sed insaciable de favoritismo el cual pretendemos creer que nos es útil y  que lo único que desprende un sentimiento amargo de rechazo.

¿Es nuestra naturaleza aferrarnos al caos, porque creemos que el orden no priva de libertad? El ser humano ha nacido libre, con la capacidad de discernir. La convivencia pacífica y en orden se basa en el respeto a la observancia de la ley, la cual debe ser igual para todos y es la que la fortalece. El caos es violencia, delincuencia, descomposición, odio y atraso social; arrastra consigo el deterioro de la calidad de vida o mejor dicho la impide.

El desarrollo de una nación está en manos del ciudadano, el cual debe mantenerse como centinela celoso observando el cumplimiento de las disposiciones en los cuales se fundamenta su sociedad. Sin desperdicio de oportunidades, juzgar o retribuir los actos correspondientes que disminuyan o agreguen bienestar.

Sunday, January 17, 2016

Crisis social: el poder de la obscuridad



Los titulares noticieros vienen sobrecargados de informaciones negativas, que reflejan la gran batalla por la supremacía entre los mortales. Estos males sociales son reflejo de la constante victoria sobre la luz por la obscuridad, porque estas batallas no tienen otro lugar que no sea el interior del hombre.
 
Crisis humanitaria creada por conflicto de intereses llevan años cortándole la vida a cientos o miles de sirios que en cierto sentido, quizás la gran mayoría de ellos pierden su vida sin saber qué es lo que pasa, otros tienen mejor suerte y se auto destierran a playas extranjera buscando encontrar ajuste político que se sensibilicen a su suerte.

Y existen conflictos en todos los sentidos, uno motivado por la búsqueda de un mejor bienestar o mejor calidad de vida como es el caso de aquellos que exponen su vida al cruzar la frontera México-Estados Unidos, o los que se embarcan a través del canal de la mona hacia Puerto Rico dejando al abandono todo su familia y posesiones porque entiende que son merecedores de mejores oportunidades, como el caso haitiano en su distintas direcciones fruto de la irresponsabilidad de su estado, marcado con un destino de absoluta obscuridad.

Pero, crisis locales, marcada por el “estrés” del diario vivir, por las adversidades encontradas justo en el camino del sol o bajo el reinado de la luna clara. La búsqueda constante del sustento familiar o particular, de ese difícil presupuesto familiar que cada vez termina en déficit, el deterioro constante de las relaciones personales y familiares acosadas por la misma crisis, han llevado al hombre a cometer hechos que pueden interpretarse como una “bomba” de tiempo con consecuencia impredecible que viene ya arrastrando a todos los niveles sociales.

Sin mediar una mínima palabra, sin pensarlo, a alguien se le ocurre quitarle la vida a otro ser humano solo por el hecho de “verlo caer”, porque el agresor le ha quitado el mérito a la vida misma, porque el poder de su obscuridad quizás sustentada en el apoyo de padrinos políticos o influencia de poder. Hechos vergonzosos como toparle a su vehículo son suficiente evidencia para sentenciar a muerte a un infortunio que quizás en el ajetreo del diario vivir solo tiene en su mente la búsqueda de su comida. Esta noticia es un estándar indicativo de que es oportuno comenzar a preguntarnos ¿Dónde hemos fallado? ¿En qué clase de seres humanos nos estamos convirtiendo?

No es este articulo un sermón, ni mucho menos un látigo para corregir al muchacho por su inoportunidad, mucho menos quiero imponer cuestiones religiosas, pero creo que Proverbios 16:1 el cual dice: “Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua”. Está en nuestra corazón la inclinación a servirle a la obscuridad porque hemos desechado la luz, pero esos impulsos que nos llevan a cometer estos errores pueden, si se quiere, ser frenado dejando en esa ira en manos de Dios, buscando reeducarnos, volver sobre nuestras costumbres familiares de nuestro antepasados, abrazarnos del amor, buscar de la luz y asirnos a ella.

Thursday, January 7, 2016

Elecciones, campañas y ofertas

El sistema democrático ofrece la oportunidad de que los ciudadanos, mediante el voto, elijan a quienes, por cierto periodo constitucional,  estarán al frente de la administración pública.



Se forman los grupos (partidos políticos o independientes), que harán todo el esfuerzo humano posible para atraer la simpatía del elector a su favor. En momentos en que la atmósfera estará cargada de propaganda, alto volumen de música, concentración de personas, discursos y todo aquello necesario para romper con la armonía del diario vivir, sin mencionar el gran derroche de dinero.

Lo ideal, lo sano, lo sensato es que quienes muestren interés a estos cargos electivos busquen convencer al electorado con propuestas relativa a mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos, propuestas tales como: disminuir el desempleo, sistema judicial sin prejuicio, crear las condiciones para hacer frente a erradicar la delincuencia, mejorar el sistema educativo y el de salud, y fomentar las construcciones de viviendas y, por supuesto, crear conciencia con respecto al medio ambiente, así de simple.

La mejor propuesta o quienes tengan mejor capacidad y habilidad de convencimiento, debe ser el que tenga mayor oportunidad de ganar. Sería así lo ideal, seria así como debe ser, pero lamentablemente el mundo ha cambiado, y hoy nos sorprendemos que en democracia tan firme como la norteamericana las actividades proselitista esté cargada de una atmósfera tan discordante de su condición de supremacía en cuanto a hacer las cosas correctamente y en orden.

No es que este tipo de campaña electoral sea un nuevo estilo de proselitismo político, pues, en los países de nivel de educación desastrosa y pobreza extrema, el elemento, el arma política más adecuada a utilizar es el descrédito del oponente, bombardearlo con insultos, apelar a lo más bajo del ser humano con tal de desmoralizar al oponente y al mismo tiempo vestirse de santo cubriendo los ojos y los oídos del electorado, mientras se le acaricia con incentivo con tal de comprar su conciencia.

La manipulación es la mejor oferta, el engaño es la mejor arma. Enfrentar el tema del medio ambiente es cuestión de compromiso económico y no de supervivencia, porque es hasta ahí que nuestra vista alcanza. De igual forma la solución de nuestros problemas sociales es una oferta inequívoca de apenas cuatro años, porque hasta ahí es que el horizonte político es capaz de ver.


Es tiempo de que se proponga de continuidad del bienestar ciudadano sin importar el grupo político que esté al mando. Es una pena ver el líder de la nación más poderosa del mundo, el Sr. Barack Obama, derramar unas lágrimas porque no puede obtener el favor y entendimiento con respeto a salvar vidas en su proyecto de control de armas, así como, es una pena ver que los ciudadanos de países pobres se inclinen no por la mejor propuesta o quienes tengan mejor capacidad de resolver los problemas sociales, sino que por unas pocas monedas, como a Cristo, entreguen en manos del obscurantismo su bienestar social.